Son muchas las corrientes actuales que nos mueven hacia las futuras tendencias de alimentación basadas en el bienestar tanto físico como mental. El fitness está llegando a todos los segmentos de alimentación. Café descafeinado, cola sin cafeína, endulzantes sin azúcar, etc. La sociedad persigue disfrutar de ciertos placeres sin pagar su precio en términos de salud y contando calorías al detalle.
Pero en lo referente a la cerveza... ¿Existe una cerveza que realmente esté buena sin que tenga alcohol? ¿Merece la pena pagar por estos productos actuales?
Dentro de todos los segmentos de cervezas sin alcohol, las famosas cero cero, etc. ha aparecido con fuerza un nuevo tipo, que desde hace algunos veranos se ha instaurado en nuestra lista de compra, las famosas Radler o las claras de toda la vida.
Las  claras fueron bautizadas como Ambar Radler, y nació con una proporción de 60% de cerveza y un 40% de limón (la famosa combinación perfecta, desarrollada desde los años 20 en la localidad de Deisenhofen en la famosa taberna Kugler Alm).
Esta clara, a diferencia de las cerveza está compuesta por cerveza y zumo de limón y tiene su origen en el deporte (ciclismo). Radler deriva de la palabra fahrradfahrer, que es una palabra referida a los ciclistas.
También se pueden encontrar en los stands de los supermercados las famosas Shandy. Que no es lo mismo que las Radler, y es que la Radler tiene una proporción estable de cerveza y limón, mientras que la Shandy tiene una graduación aún más baja y es una combinación de cerveza, refrescos y aromas (el acabóse de las cervezas).

 La cerveza que hoy os traemos al blog es la Damm Lemon. Tiene un color brillante y amarillo, refrescante a la vista. El carbónico está regular, bien al principio pero las burbujas se pierden  al poco tiempo. Es posible que pase esto con normalidad debido a que al fin y al cabo es una Radler. Aun así, tiene un 3.2 % de alcohol lo que la hace una cerveza relativamente potente dentro de su segmento. Sin ir más lejos, la Steinburg de Mercadona tiene un 4.8 %. Por lo que al fin y al cabo renuncias a un 1.5% de volumen alcohólico. No es una cerveza densa como carbía esperar y el aroma es cítrico y dulce. Un olor muy característico a lo cítrico que la  hace especialmente atractiva para los días de calor fuertes. El amargor es casi inexistente aunque su excesivo sabor a limón puede ocultar parcialmente las características cerveceras de las mismas.

Muy recomendable en sabor si bien su precio no es del todo competitivo y le veo más futuro en los chiriguitos de Mallorca y Baleares más que tener un hueco en los frigoríficos andaluces.
De todas formas, como suelo decir con las cervezas Damm, cuando consumes una Damm no es solo cerveza o clara lo que consumes sino experiencias y recuerdos de un verano para recordar.
A tomarse unas Radlers!!Que es verano!!